Calculadora mide el riesgo de insuficiencia cardiaca de manera precisa

Con esta herramienta los médicos pueden saber los pacientes que estén en riesgo alto, medio o bajo de ingresar en el hospital por este problema.

La insuficiencia cardiaca aguda provoca 113.000 ingresos hospitalarios en ancianos.

La insuficiencia cardiaca es la causa del 3% de las muertes en hombres y del 10% en las mujeres. Por eso, se considera un problema sanitario de primer orden en España. En los países europeos de nuestro entorno y en Estados Unidos, la prevalencia de la enfermedad se sitúa alrededor del 2%, pero en España esta cifra puede llegar al 5%, según los datos de un estudio firmado por Inés Sayago-Silva, de la Unidad de Insuficiencia Cardiaca Avanzada, Trasplante Cardiaco e Hipertensión Pulmonar del Hospital Universitario Puerta de Hierro, en Madrid, que se publicó en la Revista Española de Cardiología.

Conocer el riesgo real de este grupo de pacientes podría ayudar a mejorar su control. En este sentido, Jesús Álvarez-García, de la Unidad de Insuficiencia Cardiaca del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, de Barcelona, ha presentado en el Congreso Anual de la Sociedad Europea de Cardiología, ESC en sus siglas inglesas, que se clausura hoy en Roma, un estudio que valida la “calculadora de riesgo” Redin-SCORE; es decir, que sirve para pacientes de la vida real y no solo los que participan en los estudios.

Seis signos claves
La calculadora se ha desarrollado a partir de un estudio en el que han participado un número variado de centros españoles donde se recogen seis aspectos clave de esta enfermedad: presencia de signos de insuficiencia cardiaca izquierda, frecuencia cardiaca mayor de 70 latidos por minuto, anemia, insuficiencia renal, aurícula izquierda dilatada en el ecocardiograma y elevación de péptidos natriuréticos.

La utilidad de la escala es grande, ya que con esta nueva herramienta los médicos pueden conocer los pacientes que se encuentran en riesgo alto, medio o bajo de ingresar en el hospital por insuficiencia cardiaca tanto a corto plazo -menos de un mes-, como a largo plazo -en un año-.

“Seleccionar a pacientes de muy bajo riesgo nos sirve para reducir la complejidad de la asistencia hospitalaria, o para identificar al que tiene alto riesgo, ser más agresivo con el tratamiento y hacer un seguimiento más estrecho en el tiempo”, asegura Jesús Álvarez-García, miembro de la Sociedad Española de Cardiología, quien añade que en las unidades de insuficiencia cardiaca de los hospitales es muy interesante saber qué paciente presenta bajo riesgo de ingreso por este motivo durante el próximo año y puede ser derivado a su médico de atención primaria o al internista para su seguimiento.

Más pacientes
El siguiente paso es ampliar su uso en más pacientes, porque se ha comprobado su resultado en los enfermos que son atendidos por cardiólogos en consultas de hospitales, pero se desconoce cómo se puede comportar la herramienta en los que habitualmente ven los médicos de atención primaria o los de medicina interna, que suelen ser enfermos más ancianos y con mayor número de comorbilidades. Habrá que ver si la calculadora amplía horizontes.

Fuente: www.elmundo.es