Samuel fue el último paciente de la brigada. Los médicos recogían sus cosas para marcharse, cuando el pequeño y su mamá aparecieron. Los dedos de las manos del niño eran azulosos, el mismo color de la extraña línea que bordeaba su boca.
Ese azul moradoso pedía a gritos atención: el corazón de Samuel fallaba, estaba a punto de colapsar…los médicos lo supieron enseguida, lo enviaron a urgencias y tramitaron una cirugía a corazón abierto. Y entonces, por primera vez, el azul desapareció y su mamá pudo ver sus manos de color rosado.
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El pediatra José Sequeda, que entonces dirigía el Programa de Cirugía Cardiovascular de la Casa del Niño, recuerda que la brigada fue en Magangué y que esa experiencia lo motivó a escribir sobre cardiopatías o enfermedades cardíacas en niños. Aquí, sus recomendaciones.
Dice el cardiólogo…
“Un bebé de cada cien nace con un defecto cardiaco congénito. Algunos defectos cardiacos tienen un vínculo hereditario, pero para la mayoría, la causa es desconocida. Los defectos o lesiones cardiacas congénitas son fallas en la formación de las estructuras del corazón en los tres primeros meses de embarazo”, explica Sequeda.
El médico comenta además que existen dos tipos de afecciones cardiacas: cianótica y no cianótica.
“Una condición cianótica hace que los labios, encías, uñas y la piel se tornen de color azul, pues la sangre, que no tiene suficiente oxígeno, cambia su color del rosado que estamos acostumbrados a observar a un color azul permanente”, cuenta.
Síntomas:
-Respiración más rápida de lo habitual en forma permanente.
-Color azuloso o morado de labios, uñas, piel y encías.
-Hospitalizaciones frecuentes por infección respiratoria (neumonía).
-Poca ganancia de peso y de talla.
-Desmayos a cualquier edad.
-Antecedente de muerte súbita no explicada en familiares menores de 50 años.
-Historia familiar de soplos cardiacos o enfermedad en el corazón al nacer.
-Fatiga, cansancio, sudoración profusa en la edad de la lactancia (menores de 2 años).
-Cuando el médico encuentre un soplo en el corazón.
*La presencia de uno de estos síntomas o antecedentes amerita una revisión médica del niño por pediatría y, si el caso lo justifica, por el cardiólogo pediatra.
¿Siempre necesitan tratamiento?
Muchos defectos cardiacos pueden manejarse exitosamente, el tratamiento depende de la parte afectada. Algunos niños no necesitan tratamiento, mientras que otros sí requieren cateterismo cardiaco y/o cirugía cardiaca. Algunos defectos cardiacos congénitos no son curables, se puede vivir con ellos, teniendo un buen acompañamiento familiar, medico, nutricional y social.
“Lo importante, es estar atentos a los signos y síntomas para tener un diagnóstico temprano y dar al paciente el tratamiento necesario para mejorar su salud. Del cuidado y la prevención depende que los niños y niñas crezcan como adultos sanos”, concluye José Sequeda.
¡A escuchar al médico!
Julián Roca, cardiólogo pediatra del Programa de Cirugía Cardiovascular Infantil de la Casa del Niño, explica que la actitud de los padres es vital para el tratamiento de los niños con cardiopatías. Cuando les dice que el paciente debe ser sometido a una cirugía, por ejemplo, muchos de los padres lo niegan y prefieren escuchar a vecinos, abuelos…gente que dice que “el niño se ve bien” y no necesita operación. Se lo llevan y sólo regresan cuando la enfermedad ha empeorado…por favor, papás, ¡escuchen al médico!
El dato:
El Programa de Cirugía Cardiovascular Infantil se inició en el Hospital Napoleón Franco Pareja, Casa del Niño, en noviembre de 2014. Antes de eso en la Costa Caribe colombiana no existía un programa de cirugía cardiovascular exclusivamente infantil, los pacientes que necesitaban operaciones debían viajar a ciudades como Bogotá y Bucaramanga. Algunos de ellos no podían por recursos, problemas de tramite con su EPS o porque la altura no les favorecía con su diagnóstico. Ahora, nuestros niños pueden ser tratados en Cartagena.
Fuente: www.eluniversal.com.co