Algunos de los participantes de una investigación en Estados Unidos que se movían espontáneamente y comían en exceso no subían de peso. Esto notó Michael Jensen y su equipo de la Clínica Mayo en Minnessota. Estas personas no eran adictas al gimnasio, simplemente caminaban más, salían a hacer mandados o simplemente pasaban más tiempo de pie.
El interés por las investigaciones sobre la inactividad ha cobrado fuerza en los últimos años. Ya son varias las publicaciones científicas que sugieren una relación directa entre la quietud -más allá de las horas de sueño-, y los problemas cardiovasculares y metabólicos, entre otros. El más reciente salió en la revista Circulation y encontró una relación -que nunca antes se había examinado-, entre el aumento de troponimas, proteínas producidas por las células del músculo cardíaco cuando están dañadas o muriendo, y el mantenerse inactivo.
Esta relación se mantuvo fuerte, incluso después de que los investigadores controlaron otros factores que podrían haber influido en los niveles de troponina, incluida la edad, el sexo, el índice de masa corporal y la función cardíaca.
Aunque hay que tener en cuenta que este fue un estudio observacional y solo puede sugerir que estar sentado está relacionado con una troponina alta, no que esta inactividad las produzca.
Cada vez nuevas investigaciones como esta encuentran que sentarse todo el día es terrible para los humanos. Tan terrible que incluso han encontrado que el ejercicio regular no es suficiente para contrarrestar sus perjuicios.
Caminar es lo mejor. Otro estudio demuestra lo que muchos ya adivinan: quemamos muchas menos calorías manteniéndonos de pie que caminando. Pero levantarse y ponerse de pie es mejor que quedarse quieto. Así que si trabaja en el horario típico de ocho a cinco, los expertos sugieren que lo que usted necesita es aproximadamente 16 minutos de movimiento adicional cada día. Es decir, cada hora estire sus piernas por dos minutos, por ejemplo.
Inactividad, un grave riesgo
Un equipo dirigido por Alpa Patel, de la Sociedad Estadounidense del Cáncer, en Atlanta, Georgia, analizó los datos de un estudio realizado durante 14 años con 123.000 adultos de edad madura en 2010.
Cuando compararon las tasas de mortalidad entre los que pasaban sentados seis horas al día o más y lo que lo hacían tres horas o menos, teniendo en cuenta otros factores como la dieta, se llevaron una sorpresa: el mayor tiempo de inactividad se asoció con una tasa de mortalidad del 40 % más alta en las mujeres y 20 % en los hombres. En el estudio no se explora por qué la diferencia tan grande entre ambos sexos.
En otro estudio, un equipo de la Universidad de Queensland, Australia, analizó datos sobre los hábitos televisivos de 8.800 australianos. Los investigadores calcularon que, en promedio, cada hora de television resta 22 minutos a la esperanza de vida de un adulto de más de 25 años. En este estudio los sujetos participantes tenían una tasa de mortalidad más alta aunque se ejercitaran de 45 a 60 minutos al día.
Esto significa que la gente que ve la televisión seis horas al día puede llegar a morir, en promedio, unos cinco años más joven que la que no la ve nunca.
Y sin importar lo intensa que sea su actividad en el gimnasio por la noche; esta sola no anula el efecto de ver televisión durante horas.
Solo camine con frecuencia
Estas investigaciones sugieren que si el daño es resultado principalmente de la falta de actividad, sin contar las horas de sueño, es posible que otros tipos de inactividad física sean tan nocivos como ver el televisión, como sentarse a leer un libro o a trabajar en la oficina.
Así que la recomendación de los expertos es muévase frecuentemente. Es más recomendable.
Realmente usted solo debe asegurarse de moverse durante al menos un par de minutos por cada hora que permanezca sentado.
De hecho, las personas que deambulaban por alrededor de dos minutos cada hora tenían un 33% menos de riesgo de morir prematuramente que las personas que permanecían sentadas todo el tiempo según un estudio observacional publicado en julio de 2015 en la Revista clínica de la Sociedad Americana de Nefrología. Dado que el estudio fue de observación, lo que significa que los investigadores no tenían control sobre el comportamiento de los participantes, no se puede decir con certeza que caminar redujo el riesgo de morir, solo que las dos cosas están relacionadas.
La reflexión es muévase lo más que pueda, incluso si su trabajo de oficina lo tiene sentado en una pantalla todo el día. Párese, camine, salte, haga lo que sea. Solo rompa su agenda sedentaria con algún movimiento. Su cuerpo lo agradecerá.
Fuente: elcolombiano.com